martes, 29 de agosto de 2017

Un día de esos ... un día de mierda.

Hoy ha sido un día de mierda. Pero de mierda mierda. Imagínate la mierda del emoji del Whatsapp 💩 en formato extra grande. Pues esa.

Un día de esos en los que por mas que lo intentas, no te salen las cosas como quieres, como esperas, como deseas. Simplemente no te salen. Así sin mas.

Un día de esos en los que dejas de intentar hacer las cosas bien y simplemente haces las cosas.

Hoy he tenido uno de esos días en los que estás super baja de ánimo, con un talante mas bien irritado, irascible. De esos días en los que todo te sienta mal.

Esos días en los que solo deseas volver a ser pequeña, sin responsabilidades, sin agobios.

Hoy me he sentido frustrada e impotente, negativa y airada, a partes iguales.

Hoy ha sido un día en que no he conseguido conectar con mi hijo mayor en ningún momento. Así, distanciados los dos, hemos sobrevivido al día.

Ese tipo de días en que piensas: uf, mejor no tendría ni que haberme levantado. Pero eso es algo que me es imposible puesto que desde las 8:00 había un bebé demandando su ración de teta en modo exigente y un niño gritando que quería su desayuno.

Si esa combinación la juntas con una madre que mira el reloj cada dos por tres para saber cuanto tiempo lleva sin dormir, que no sabe muy bien si la última ducha (fugaz claro) ha sido hoy o ayer, que mataría por un rato de soledad y que acaba de descubrir que no puede salir a correr porque su suelo pélvico está pues eso, en el suelo, pues es un maridaje perfecto para que el día de hoy halla sido eso, una mierda como tu cabeza de grande.

Agotador. Luchar todo el rato para que mi hijo me hiciese caso.

Saltos del mayor por el sillón cuando estoy dando teta al pequeño.

Plastilina amarilla por el suelo del salón.

Leones y tigres tirados por el suelo.

Piezas de las construcciones clavadas en los pies.

Varios intentos de siesta fallidos.

Vuelo de cucharas y magdalenas.

Natillas quemadas. Malas a rabiar.

Suicidio de los discos de lactancia al cubo de la fregona (no me extraña, si yo pudiera haría lo mismo).

Regurgitaciones con olor a vómito en mi camiseta.

Cacas de 3 años y de 3 meses.

Bolsas de basura acumuladas y ascazo máximo que me da.

Platos sucios en la pila, cual montaña.

Golpe en la cabeza, podéis imaginaros de quién.

Y para colmo, mareada con la tensión por los suelos.

Hay días en que la maternidad es así. Mas días de los que me gustaría, lo reconozco.

Llevo unos días un poco alterada, echando mucho de menos un rato para mí. Para escribir, para pensar en mi.

Después de tres días saliendo a correr diez minutos, me he dado cuenta de que no puedo. Tengo que trabajar la musculatura del suelo pélvico porque, señoras y señores: ¡tengo el muelle flojo! El impacto de las pisadas hace que esa musculatura no sujete bien todo lo que tiene que sujetar.

Y lo digo así, tal cual, porque la maternidad es así. La maternidad es sincera, te pone de cara con la realidad. A veces es mierder. A veces es rosa. A veces te alegra el día y otros te lo jode.

Hoy Unai hace tres meses y quería haber escrito un post super bonito que ya tenía pensado. Pero no he encontrado el momento. Así que lo escribiré en otro rato. Y esto me ha jodido bastante.

Ser madre está lleno de momentos en los que quieres hacer algo y no puedes. Aunque solo sea ir al baño en ese preciso momento en el que no te aguantas mas pero no puedes porque estás dando el pecho a uno mientras entretienes al otro. Y eso día tras día, frusta, frusta de cojones.

Pero dentro de este día lleno de momentos locos, puedo decir tres cosas que me han alegrado. Porque no todo iba a ser una 💩, a veces aparecen momentos e instantes bonitos que ponen una sonrisa en tu boca y los disfrutas.

Unai cumple tres meses y verle sonreír cuando me mira es mágico.

Encontrarme con un viejo amigo que ha sido papá. Saber que han elegido dar lactancia materna, un regalazo para su bebé.

Ver disfrutar a Delfinete y a mi sobrina jugar juntos y organizarse entre ellos (hasta que ha llegado el momento enfado 😆).

Pues eso, momentos fugaces que salvan tu día.

Hoy no dejo imagen porque dadas las horas que son paso de ponerme a buscar algo que encaje con el sabor agridulce del día de hoy.

Me limito a poner un enlace del Youtube de una canción que me relaja y me lleva a otros momentos más tranquilos de mi vida.  Es Porcelain de Moby.

Espero que la disfrutéis.

Por cierto, mañana estreno sección en el blog. Lo que me recuerda a que hay una cuarta cosa que me ha hecho feliz hoy: contar con mamis preciosas que quieren hablar de su maternidad y entrar en esta cadena de experiencias para ayudarnos las unas a las otras. Gracias chicas.

No sé de qué me quejo, tampoco ha estado tan mal el día.















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