viernes, 4 de agosto de 2017

Abuelas y Abuelos

Que suerte tienen mis hijos porque tienen cerca a sus cuatro abuelos.

Tienen el doble de suerte porque también tienen a tres bisabuelos todavía.

Yo también tuve a mis abuelos cerca y disfruté mucho de ellos, durante muchos años, aunque por mucho tiempo que los disfrutes siempre será corto.

Me hubiese gustado que mis abuelos hubieran llegado a conocer a mis hijos. Y que mis hijos pudieran haberles conocido.

Sé que se lo hubiesen pasado en grande juntos.

¿Cuantos paseos por el Monreal nos quedaron pendientes, cuantos pueblos nos hemos quedado sin conocer juntos, cuantos mas charcos con el Citroen podríamos seguir saltando?

Morir es ley de vida.

Imagino un mundo en el que los abuelos mueren, se van, desaparecen durante un tiempo pero luego regresan. Regresarían a conocer a sus nietos o bisnietos no conocidos. Les verían. Les cogerían en brazos como solo un abuelo te coge. Con esas manos grandes y arrugadas.

Despacio, saboreando ese momento, tres e incluso cuatro generaciones juntas.

Solo pido un ratito con ellos otra vez. Para volver a abrazarles, a olerles, a sentirles. Para decirles que tienen dos bisnietos. Para decirles que son bisabuelos.

Luego volverían a marcharse habiendo conocido a una parte mas de su familia.

Abuelos, abuela, como me gustaría que pudieseis conocer a mis hijos.

Con Delfinete os partiríais de risa.

Abuelo, mi hijo mayor te hubiese arrancado una carcajada, aunque yo nunca te haya escuchado ninguna. Pero estoy segura de que el lo conseguiría. Y con lo que le gusta cantar, te habría observado con la boca abierta si tuviéramos la ocasión de escucharte otra vez en alguna celebración familiar.

Contigo tengo un sentimiento de que nunca llegué a conocerte del todo. ¿Podrías volver y contarme mas cosas sobre ti?

Quizá todo sería igual con la abuela si tu estuvieses aquí, si nunca te hubieses marchado...

Ahora en vez de a vuestra casa, vamos a verla a la resi. Allí está bien, con sus cosas, pero da gusto verla. Además yo trabajo allí y la veo todos los días. Después de dos años me sigue diciendo que qué cosas tiene la vida, que ahora la cuido yo a ella.

Curioso es también que ahora que vuelvo a ser vecina vuestra ya no estéis en casa. 

Abuela, Delfinete te haría mover esa tripa cada vez que te rieras como solo tu sabias hacerlo. 

Cuando por primera vez mi hijo llamó a su "yaya Carmen" (mi suegri) tu me viniste a la mente. Y me gustó la idea de que tuviera una abuela Carmen, como yo. No tenéis nada que ver, ni si quiera tuvisteis el placer de conoceros...pero me habría encantado.

Todavía sigo soñando contigo. Todavía nos sigo viendo a mis primos y a mi en tu casa. 

Me encantaría volver a ver ese pelazo blanco tuyo. Me encantaría volver a jugar en tu terraza. Volver a dormir en tu cama. Salir de la habitación a hurtadillas por la noche para comer chocolate. 

Si abuela, Delfinete te haría de reír mucho, te quitaría ese pañuelo blanco para dejarnos ver tu sonrisa. Y volveríamos a hacerte una entrevista para la radio con ese casette de juguete. 

Como te hecho de menos. También te fuiste pronto. Te fuiste en una época de mi vida en la que empezaba a pasarlo mal. Y no supe gestionar tu muerte. Podría haberte contando tantas cosas ... tengo la sensación de que me hubieses entendido. 

Abuelo, abuelito como te gustaba que te llamara. Si presumiste de nietos allá donde ibas anda que no ibas a presumir de bisnietos. 

Solo dos años abuelo. Por solo dos años no viste a tu nieta casarse. Solo tres años abuelo. Por solo tres años no viste nacer a tu primer bisnieto. 

Tu si que hubieses disfrutado de ellos. Mucho. Muchísimo. Igual que lo está haciendo ahora mi madre. 

Te veo mucho en ella. Tiene mucho de ti, ¿sabes?. 

Imagino que al mudarme aquí otra vez y estando tan cerca de tu casa, vendrías a tocar el timbre todas las mañanas avisando antes por la calle con tu característico silbido ¡fu fiii!

Y sin preguntarnos antes a nosotros, les dirías a mis hijos: vamonos a ... daba igual a donde, porque siempre tenias un plan para nosotr@s. 

Ahora que lo pienso. Que valiente abuelo. Te ibas con tres, cuatro, cinco nietos. Te daba igual, cuantos mas, mejor. 

Me alegra pensar que en parte, la relación tan buena que tenemos ahora todos los primos tiene mucho de esos momentos juntos vividos contigo. 

A cualquier sitio me iría ahora contigo abuelo. Pienso tanto en ti. Me encantaría que Delfinete conociera esas super manos, esa narizota y que pudiera peinar ese pelo subido a tus hombros. 

Que le contaras historias de campo y le cantaras canciones de pueblo. 

Seguro que no se cansaría de estar contigo. Como nos pasaba a nosotras. 

Ahora que este año empieza el cole, podrías ir a llevarle chuches a la hora del recreo...como hacías con nosotras. 

Me acuerdo del último verano que pasamos juntos. Con gran parte de la familia de vacaciones en la playa. Tu último verano. 

El día que te fuiste fue muy duro. Recuerdo a todos los primos abrazados, llorando delante de ti. 

Pero ese día también pensé en que te fuiste dejándome la sensación de que había disfrutado de ti al máximo. 

Pasan los años y sigo teniendo sueños en los que todavía estáis aquí conmigo. 

Que importante es teneros en el recuerdo.

Que suerte tienen mis hijos de tener a sus cuatro abuelos. Me encanta que pasen ratos con ellos. 

Lo que te da un abuelo no te lo da nadie. 

Ya sea abuela o yaya, abuelo o yayo, sois únicos. 

Gracias a mis abuel@s por todo el tiempo compartido. Por cuidarnos, por querernos, por protegernos y entendernos. 

Gracias a los que hoy sois los abuel@s de mis hijos. Gracias por cuidarles, por quererles, por protegerles y entenderles. 






No hay comentarios:

Publicar un comentario