Antes de nada, aviso que hablo desde mi experiencia y la que estoy teniendo con mis hijos. Y las recomendaciones a las que hago referencia son para una/un bebé/niñ@ sano. No soy pediatra ni nutricionista. Solo una mamá que se informa y elige. Nada más.
La noticia (Marzo de 2016) habla de David, un pequeño de dos años que accidentalmente se comió una almendra que le causó una infección en el pulmón, de la cual no ha podido recuperarse, al dejarle graves secuelas tras sufrir una parada cardiorespiratoria. No sé el desenlace de lo ocurrido porque como digo, es una noticia de hace año y medio.
La mayoría de las madres y de los padres tenemos claro que hasta los tres años NO hay que dar a los peques frutos secos enteros. Pero lo que pocos saben es que TAMPOCO deberíamos ofrecérselos hasta los 5 o 6 años. Yo no me arriesgo y hasta los 6-7, nada.
¿Por qué?.
Hasta esa edad las muelas de los peques no tienen la fuerza suficiente para masticar y triturar bien ese tipo de alimentos tan duros, aquí meto también los caramelos, aceitunas con hueso ... y puede producirse un atragantamiento con riesgo de asfixia o que un pedacito de alimento se vaya por las vías respiratorias y produzca infección.
Sí que se pueden ofrecer triturados una vez que se empiece la alimentación complementaria (AC), es decir cuando el bebé ya empieza a comer otros alimentos, ya sea en purés y papillas o en sólidos (BLW) al rededor de los 6 meses.
Siempre hay que tener en cuenta que los frutos secos son muy alérgenos por lo que hay que estar al tanto de las posibles reacciones alérgicas.
Delfinete tiene alergia a ellos, a la mayoría (cacahuete, almendra, avellana, nuez, pipas ... ). Nos dimos cuenta porque, a pesar de que no me gustaba que los comiese tan pequeño, las pocas veces que comió dulces tipo Huevo Kinder, Nutella ... o bollería con pasta de cacao, enseguida decía que le dolía la tripa y acto seguido vomitaba.
Tardamos un poco en darnos cuenta porque como digo no comía muy a menudo ese tipo de "comida" y entre una ocasión y otra, se nos olvidaba o lo achacábamos a cualquier otra cosa.
Así empezamos a ver si podría ser alergia a la lactosa o al huevo, me planteé si sería al gluten, pero no nos encajaba porque con otro tipo alimentos que contenían estos ingredientes no le pasaba nada.
Así que un día, después de tomar un postre que contenía Nutella, a mi marido se le iluminó la bombilla y dijo que podría ser la avellana.
En efecto, cuando le llevamos a la alergóloga y le hicieron las pruebas, salieron positivas.
Desde entonces no puede comer frutos secos ni alimentos que contengan trazas de frutos de cáscara.
Así que ahora estamos muy pendientes de los productos que compramos leyendo las etiquetas y de que familiares y amig@s estén al tanto de su alergia.
Además el niño ya sabe que los frutos secos le sientan mal y suele preguntar si "puedo comelo".
Estamos enseñándole a identificarlos y a veces, por instinto, rechaza alimentos que resulta que si los contienen. Que sabio es el cuerpo y que listos son los peques. 👀
Con respecto a la alimentación en general de los niñ@s, siempre me he guiado y me guiaré, a pesar de las indicaciones de algunos pediatras, en lo que establece la Asociación Española de Pediatría (AEPED) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) puesto que son organismos que ofrecen información completa y veraz basándose en estudios científicos de todo el mundo.
La lactancia materna y la introducción de alimentos en los bebés es un tema polémico porque hay muchas opiniones y l@s profesionales de la salud no siguen tod@s el mismo criterio. Con esto no quiero decir que nosotros lo hagamos mejor o peor, bien o mal, simplemente es la opción que hemos elegido atendiendo a nuestras necesidades y pensando en hacer lo que creemos que es mejor para nuestros hijos.
Estos dos organismos recomiendan dar leche materna exclusiva hasta los 6 meses, sin la necesidad de ofrecerles agua puesto que con la leche materna ya están completamente hidratados (siempre que sea a demanda claro) . Además de recomendar seguir dando pecho hasta los 2 años y sin límite de edad claro.
Esa creencia de que a partir de los 4 meses la leche materna se agua, deja de ser nutritiva o deja de alimentar al bebé es falsa. Eso de que el bebé rechaza la teta porque tiene hambre de "comida solida" también es falsa. Si el bebé muestra signos de que se queda con hambre, habría que revisar si está ingiriendo suficiente leche.
Así la alimentación complementaria (AC) ha de empezar a ofrecerse al rededor de los 6 meses, dependerá del desarrollo del bebé. Cuando l@s peques ya se sientan sol@s y son capaces de mantener la postura, cuando comienzan a interesarse por los alimentos, cuando pierden el reflejo de extrusión (expulsar la cuchara con la lengua) ... será buen momento para empezar con la AC.
No hace falta empezar a meter cereales a los cuatro meses, como much@s pediatras recomiendan, pero ahí está cada uno con su elección y su propio criterio.
La introducción de alimentos será gradual, ofreciendo variedad, poniendo atención en los posibles signos de alergias, que no tiene por qué, pero que hay que tener en cuenta.
En esta etapa lo suyo es que los peques puedan manipular la comida y así experimentar con las nuevas texturas y sabores. Así que, a armarse de paciencia y a hacerse con un buen quitamanchas ;-)
No podemos esperar que desde el principio se coman todo y vacíen el plato. Ni que les gusten todos los alimentos y sus sabores que les vamos a dar. Tampoco que coman grandes cantidades, ni que utilicen los cubiertos.
Están aprendiendo, están experimentando, están decidiendo qué y cuánto comer.
Al principio la AC es así. Sin olvidar que el principal alimento debería ser la leche materna hasta el año.
En esta etapa nos entran las dudas de si estará bien alimentado, porque parece que no come mucho ... deberíamos estar tranquilos y confiar en la autorregulación del bebé, ellos saben cuando no quieren más.
Y por supuesto, no obligar a comer al peque. Y menos tan pequeño. No digo que siendo más mayor, no se le aliente/anime o se lleguen a acuerdos con el para que coma un mínimo de cantidad, pero nunca obligar.
Hace poco leí unas recomendaciones que se daban para la hora de la comida con los niñ@s: darles un tiempo determinado para que coman, retirarles el plato pasado este tiempo, ponérselo en la siguiente comida si no se lo comieron antes, obligarles a abrir la boca ... me parecieron bastante irrespetuosas a la par que ineficaces, aunque perfectas si lo que queremos es convertir la hora de la comida en un campo de batalla y que nuestros hij@s aborrezcan ese momento.
Os habla una gran malcomedora de pequeña, que según me cuentan, se las vieron y se las desearon para que abriera la boca y comiera algo más que papilla de frutas. Y hoy por hoy como bastante sano y variado.
Con Delfinete estamos pasando una etapa en la que está comiendo regular. Bastante regular. Muy poca cantidad y limitándose bastante en los sabores. Con lo bien que se comía el brócoli y la coliflor cuando era bebé y ahora ni verla.
Así que la mayoría de los días me veo en mitad de la cocina bailando y cantando ¡y con Unai a la teta! canciones de campamento para que Delfinete coma mas y mejor, distrayéndole, intentando no llegar al momento discusión porque no ha querido comer nada. La verdad es que me funciona bastante bien. También confieso (y esto es de #malamadre fijo ) x-) que de vez en cuando le ponemos los dibujos para allanar el camino.
Cada maestrillo tiene su librillo . Prefiero mil veces hacer malabares si hace falta para que la comida no sea un desastre total y un conflicto, a que mis hijos se vean obligados a comer y odien el momento de sentarse a la mesa.
¿Y qué si no comen de todo? Pués ya lo harán .... (¡No es tan facil eh!, yo me rallo mucho también.
Espero que os sirva de algo este post, tenéis los enlaces a la AEPED y a la OMS por si queréis mas información.
Y recordaros que lo mejor de todo es estar informad@ para poder elegir.
Lo dicho, ¡que os aproveche!.
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