jueves, 31 de agosto de 2017

Bienvenidas Experiencias: la experiencia de N.


Inauguramos la sección "Bienvenidas Experiencias" con N. mujer y mami de tres que ha querido compartir su experiencia con nosotr@s. 

¿Os he dicho ya que admiro a las mamas de familias numerosas? 

Muchas gracias N. por compartir un poquito de tu historia con nosotr@s y abrir esta nueva sección del blog. 

¿QUE ES LA MATERNIDAD PARA MÍ? ¿COMO HA CAMBIADO MI VIDA?

Es una pregunta que desde que tuve a los mellizos me hace mucha gente… Como si ser madre de varios niños te diera poderes especiales y la clave para ser una buena madre… En realidad nunca tengo una respuesta, ni siquiera soy capaz de dar consejos… Me limito a contar mi experiencia y que cada uno tome sus decisiones.

Para mi la maternidad ha sido un torbellino, una montaña rusa de la que no puedo bajarme y en la que seguiré montada el resto de mi vida.

Lo primero que pasa cuando eres madre es que desapareces, desapareces como mujer y como persona, en los primeros meses esto no te importa, por lo menos en mi caso, por suerte las hormonas no jugaron conmigo y pude superar momentos muy complicados sobre todo con la llegada de mi segundo embarazo. Pero pasas a un segundo plano o por lo menos eso sentí yo, cuando ya no eres ----- si no la mamá de xxxxxx.

Mi hijo mayor fue un bebé complicado, muchos cólicos, lloró, el pobre, hasta los 9 meses y yo con él. Decidí embarcarme en la lactancia materna, y ni os imagináis el muro social con el que me choqué, supongo que nos habrá pasado a todas, y a todas me refiero a las madres en general, las que optamos por la LM (Lactancia materna) y las que optan por la LA (Lactancia artificial) porque todo el mundo opina y todo el mundo sabe más que tú de tu bebé. Mi hijo, que peso casi 4 kilos al nacer y ganaba una media de 400 gr semanales, lloraba porque pasaba hambre y porque mi leche no le satisfacía… 

En fin, que me hice fuerte y decidí atravesar ese muro y seguí dándole el pecho a mi niño hasta la mitad del embarazo de sus hermanos, cuando él se desteto con 25 meses. No os imagináis la de veces que he oído, que mi teta era un chupete, que era como una droga, que ya era muy mayor, que ya tenía dientes y muelas...

Esta fue mi primera decepción con la sociedad, con mi entorno, que cree saber más de nuestros hijos que nosotras, como si dándoles pecho o biberón siempre estuviéramos haciéndolo mal, y mi experiencia es que lo importante es que la madre decida y haga lo que le haga feliz, la lactancia es maravillosa, pero es muy frustrante y muy complicada y tristemente no estamos todo lo preparadas que deberíamos, así que dar el biberón a tu hijo se convierte en la opción más sana para una madre exhausta o una madre que simplemente ha decidido que amamantar a su hijo no es lo que quiere hacer. Creo que la mejor madre es una madre feliz y tranquila y que lo que tenemos que hacer es ayudar y respetar con esta primera decisión a las madres que acaban de serlo y las que están cerca de ese momento.

Ni que decir tiene que cuando decidí dar el pecho a los mellizos, el muro se triplico de tamaño, pero esta vez ya tenía recursos y ni siquiera me moleste en derribarlo.

Aquí fue donde me di cuenta de lo importante que es para mi haber tenido una pareja que me apoyara, sin él, probablemente la lactancia de mis bebes no hubiera llegado a los dos años, como la de su hermano mayor y sin él no sé cómo lo habría hecho durante estos años. Gracias mi amor, muchas gracias por acompañarme en todo.

Mi vida no ha cambiado, simplemente es otra. Ahora soy madre de 3 niños, que se llevan muy poco tiempo y que acaparan casi todas las horas del día.

Estoy agotada física y mentalmente, pero sigo siendo feliz, aunque de otra manera muy distinta.

Mis hijos son mi prioridad y no me imagino sin ellos, pero reconozco que la maternidad perfecta es, en mi caso, no tan perfecta y no tan maravillosa, tengo momentos inolvidables, pero han sido 3 años muy intensos y muy duros, que han pasado muy rápido y creo que me he perdido muchas cosas, aunque he tenido otras, porque es muy difícil dividirte entre tantas cosas, tus hijos, tu trabajo, tu pareja, tus amigos, y vas desapareciendo poco a poco, sin darte cuenta, porque sientes que es mejor dedicar tiempo a los demás.

Así que creo que lo que hay que conseguir es el tan complicado equilibrio, y  cuidarnos, ponernos de vez en cuando en el centro de nuestras prioridades, porque si estamos bien con nosotras estamos bien con los demás, y no podemos ser ni las madres perfectas, ni las mujeres perfectas que nos exige la sociedad. Y además yo no quiero serlo, quiero disfrutar de mis hijos, y disfrutar de la vida, lo que implica no estar siempre pendiente de todo, esto es muy fácil escribirlo, pero estoy en ello y espero conseguirlo poco a poco.

Quiero que el día de mañana mis hijos sean igual de felices que, creo son ahora y que su felicidad no pase por olvidarme de la mía.

N.


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