lunes, 30 de octubre de 2017

Comunicación con niñ@s

¡Te vas a caer!, ¡no toques ahí!, ¿cuantas veces te lo tengo que repetir?, ¡Te estás portando mal!, ¡no hagas eso!, ¿por qué me vacilas?, ¡ deja de llorar como un pequeñajo!, ¡como te lo tenga que decir una vez mas te enteras...!, ¿eres tont@ o qué? ...

Os suena, ¿verdad?.

Quizá no todas, quizá cambiando las palabras, a veces en bajito y otras veces gritando, estoy segura que la mayoría de l@s que estamos leyendo ésto hemos dicho alguna vez éstas frases. Yo la primera.

Vuelve a leerlo,¿Se lo dirías a una persona adulta?. Ni de coña, ¿verdad?.

Desde hace un tiempo estoy intentando cambiar la forma en la que hablo a mis hijos. Sobre todo a Delfinete, claro, que es el que "me pone a prueba" mas veces. Lo pongo entre comillas porque en realidad no hace mas que comportarse como un niño de casi 3 años, que es lo que es. Con sus momentos de crisis, rabietas y desbordes emocionales.

Y la verdad es que se lo agradezco, porque, como digo siempre me hacen mejorar cada día, cambiar lo que no me gusta e intentar ser la mejor versión de mi misma.

Siempre me han chirriado las frases hirientes y despectivas tipo: ¡eres un llorón!, las que van con un mensaje machista: ¡deja de llorar como una niña!, las comparaciones odiosas de: ¡mira fulanito que bien se porta y tu que malo eres! o las que etiquetan: eres una egoísta por no compartir.

Tampoco creo que un/a niñ@ se porte mal para vacilarnos, manipularnos o conseguir lo que quiere mediante el chantaje. No me entra en la cabeza que un/a niñ@ tenga esas artimañas aprendidas, que vengan de serie con un archivo en su cabeza de "modos de joder a mamá y papá mediante pataletas y llantos". Es imposible. Los niñ@s de 1, 2 o 3 años no son capaces todavía de manipularnos emocionalmente. Cuando lloran y "montan el pollo", están expresando algo que le está pasando y no saben todavía decirlo con palabras.

Pero, ¿sabes qué? Que nosotros si somos capaces de manipularles mediante chantajes, amenazas, gritos y castigos. Si, si. Crudo pero cierto. Porque nosotros tenemos el poder, la autoridad.

Y ya lo de regañarles por llorar, hacerse pis encima, romper o tirar algo sin querer, perder algo ... lo odio.

¿Crees que no se sienten ya lo suficientemente mal ellos mismos por haberse mojado los pantalones, haber roto esa pelota nueva o haber perdido su tortuguita de juguete?

Ell@s ya lo saben, saben que no está bien, se sienten fatal, tristes, enfadados, no hace falta que vengamos nosotros con nuestra mirada ajena de adult@ y les digamos que eso que acaba de pasar está mal.


Por todo ésto, siempre intento entender qué es lo que les puede estar pasando por su cabecita y su corazoncito para que reaccionen de una determinada manera y comunicarme con ellos desde la tranquilidad y la empatía.


Para hablar con ell@s siempre intento ponerme a su altura, así consigo tener contacto visual y atraer su atención.

Por cierto, si pasáramos mas tiempo a su altura podríamos acercarnos un poquito a como ven ell@s el mundo, a comprender su perspectiva.

Procuro utilizar un tono de voz bajo, tranquilo, sin dar muchas órdenes (esto me trae de cabeza jeje), evitando el NO ofreciéndoles una alternativa y hablándoles de manera positiva.





Y ahora viene la parte guay, la parte de la realidad, la que estabais esperando: ¡no siempre lo consigo! 😂

A veces la que se desborda soy yo, y grito, digo una palabrota y me desespero. Pero intento que no me vean. Y a veces aprieto tanto la mandíbula que temo que un día me salte algún diente.

Cosas de la maternidad, que nos colmamos de paciencia infinita, la trabajamos día a día y la desarrollamos hasta límites insospechados. Pero somos humanas, y a veces, la cagamos. Quizá mas de lo que nos gustaría, pero es así.

Volviendo al tema, algo que me funciona mucho, sobre todo en momentos de llantos, crisis, enfados ... es ofrecerles mi regazo y darles un abrazo. En ese momento puede que lo necesitemos los dos, o solo yo ... jeje.

Nunca les niego el afecto. Me parece horrible esa frase (que la hemos oído mucho) : ¡pues ya no te quiero! diciéndosela a un niñ@.

Primero, les estamos mintiendo, no vamos a dejar de quererles, y segundo estamos utilizando el chantaje emocional.

Cuidado con esto, a veces abusamos de el.

Así que desde aquí propongo que revisemos la forma en que nos comunicamos con los peques y sobre todo, que les hablemos tal y como nos gustaría que nos hablaran a nosotr@s.

Siempre desde el cariño y el respeto.

(Aunque luego te des la vuelta y sueltes entre dientes un c###) 😂.

Ánimo con la semana de puente.









viernes, 27 de octubre de 2017

Bienvenidas Esperiencias: La consecuencia del amor, parte 2.

Recordando el post anterior escrito por Helena, hoy en Bienvenidas Experiencias nos cuenta la segunda parte de su historia siendo mamá. Yo estoy deseando que nos cuente como fue la lactancia y como se sintió, ¡me tiene en ascuas!
Qué identificada me siento con algunos párrafos.
Así que os dejo parte de su relato.
Como siempre, gracias Helena por aportar algo tan íntimo, seguro que a muchas mamás les ayuda. 
La consecuencia del amor: segunda parte. 
La semana pasada despedí la primera parte de este relato compartiendo con vosotros que Adri, al mes de nacer no había recuperado el peso de nacimiento. Tenía unas ganas tremendas de intimidad. La necesitaba. Sabía de muchas mujeres que no habían logrado hacerse con la lactancia y por ello mi obsesión las primeras 48 horas era “conectarnos” madre e hija perfectamente y disfrutar de nuestro flechazo. Las mamás sufrimos grandes cambios hormonales y si además añades ser primeriza, la sensibilidad es aún mayor.
Adriana nació a las nueve de la mañana pero no avisamos a la familia y mejores amigos hasta por la tarde. Como os habrá pasado a la mayoría de vosotras, la habitación del hospital comienza a llenarse poco a poco de abuelos, tíos, amigos, familiares, etc. Un momento llegué a contar 14 personas dentro de la habitación. En ese momento estás feliz de verles, feliz de compartir con ellos el momento más especial de tu vida pero yo me sentí observada y agobiada.
A Adriana aún no la habían bañado, algo que me pareció estupendo. Está demostrado que cuanto más se tarde en bañar al bebé después del parto, mejor se refuerza el vínculo entre su mamá y él, así como aumentar las probabilidades de amamantarle, entre otras razones , por lo que yo tampoco me duché. Quería que ambas sintiéramos nuestro sudor y olor natural durante al menos 24 horas.
Estaba muy, muy cansada después de 12 horas de parto sin haber dormido en toda la noche porque estuvo constantemente enganchada a mi pecho. Todo ello con las sensaciones nuevas de tu cuerpo y mente, las hormonas revolucionadas, tu tripa (ahora vacía) colgando, y tenías que hablar con todos, contarles la experiencia (tan reciente), la niña enganchada y tus primeras veces enseñado tus tetas así porque sí. A esto, añade escuchar las recomendaciones de tu madre, tu padre, la suegra, la cuñada, (ojo, bienvenidos sean pero en ese momento no quieres escuchar nada de eso) El agotamiento sólo me dejaba fuerza para querer estar sola con mi bebé y mi pareja, conociéndonos, sintiéndonos.
Naturalmente cada persona es un mundo, y habrá mujeres que les encanta recibir muchas visitas en el hospital pero yo me sentí así. Quizá por ser primeriza o por sentir de una manera más especial y sensible el hecho de ser madre. Pero creo que es respetable cualquiera de las actitudes.
A mí eso me fue afectando para mal. Los días venideros en casa se veían acompañados de visitas. No había un único día de intimidad para los tres, para la nueva familia que había creado. Se supone que con la familia más cercana tienes la confianza para decirles que no quieres visitas de momento, o al menos no todos los días. Pero no tuve valor. Porque ellos tienen derecho a ser también felices. Pero al final, tenía más confianza para pedir que no vinieran a mis amigos que a mis propios padres o familia política. Y el resultado es que sentía un estrés constante por tener todo el día a alguien pegado a mí en el sofá observando cómo le doy el pecho a mi bebé. Yo, con el pelo sucio de no haberme podido duchar, en pijama, bata, con ojeras, con la teta fuera todo el día, sintiendo el dolor producido por las grietas y teniendo que poner “buena cara”, contestar, ofrecer un café, etc. Y todo ello, sin dormir. Qué os voy a contar… ☺
Lo siento pero no volvería a repetir eso. A mí me afectó negativamente. Era mi intimidad, mi nueva vida, mi familia, quería tener mi periodo de adaptación, algo único y efímero. Algo que es entre ella y yo. Entre nosotras y papá.
A las dos semanas de haber nacido, fuimos a la correspondiente revisión con la enfermera. No había recuperado el peso de nacimiento, y nos dijo que “era normal”. La verdad es que nos sorprendió porque normalmente se tarda una semana, eso sabía por las decenas de webs, blogs y libros que leí durante mi embarazo. Pero pensé: “Bueno es una profesional, vamos a esperar unos días”. Además Adri mojaba pañales y hacía caquita todos los días con normalidad, ¡por lo que entendíamos que se alimentaba bien!

Lo que no sabíamos era que esa enfermera no era una enfermera de pediatría con experiencia. Era una enfermera a punto de jubilarse que la habían reubicado en ese puesto sin tener ni idea. La próxima revisión fue la del mes. Esta vez con su pediatra, a quien no tuvo ocasión de conocer hasta ese día porque estuvo de baja y no pusieron sustituto. Yo  estaba convencida de que había ganado peso porque seguía manchando pañales, 5 ó 6 al día o más, y caquita diaria. Pero no, para nuestra sorpresa no fue así por lo que nos mandó directamente y de urgencias al hospital. Es en ese momento cuando brotó mi primera lágrima porque pensé que no era capaz de alimentar a mi hija.

Continuará ... 💓


lunes, 23 de octubre de 2017

Mujeres, somos la leche

A esa madre que sube las escaleras hacia el cole con su hijo de 3 años y su bebé de apenas dos meses en brazos.

A la madre que hace malabares para atender a sus mellizos y su hijo mayor.

A esa mamá que con un bebé de mes y medio aún le quedan fuerzas para ponerse a estudiar una oposición.

A esa otra madre que siempre con prisas recoge a su pequeño de la guarde para que le de tiempo a llegar al colegio a por la mayor.

Y a aquella mujer que se lleva a sus hijas a trabajar, mochila de porteo a cuestas conciliando vida laboral y familiar.

A la señora que ha plantado cara a la vida después de quedarse sin trabajo reinventándose las veces que haga falta.

A la hermana que cree en un mundo mas justo formándose en igualdad de género.

A la mamá que hoy no tiene a su bebé consigo.

A la mami que ha tenido un parto difícil y sueña con el parto deseado.

A esa joven que ha decidido tirar hacia adelante con el embarazo.

A la chica que decide ser madre soltera.

A esa mujer que lucha contra un cáncer.

A aquella que ya no puede luchar y vive disfrutando del presente como si se tratara del último momento.

A esa madre primeriza cuyos comienzos con la lactancia fueron complicados y se empeñó en conseguirlo.

A la amiga embarazada que disfruta de sus ultimas semanas.

A las emprendedoras que montan su propio negocio.

A esa pedazo de profesional que tiene que pelearse por su puesto de trabajo en un sector principalmente masculino.

A la amiga que decide hacer terapia y mejorarse día tras día.

A la que hoy es abuela pero antes fue madre e hija.

A la abuela que ya no está.

A la mujer que quiere quedarse embarazada y a la que no puede.

Y por supuesto a esa mujer que ha decidido no tener hijos.

Todas podríamos sentirnos identificadas, todas somos mujeres reales.

A todas vosotras os digo que sois, somos, unas valientes, unas luchadoras.

Desde que empecé en esto de la maternidad he ido conociendo a muchas mujeres, mirándolas desde otro prisma, otra perspectiva.

Desde la admiración. Cada una con su motivo.

De todas he aprendido algo.

De las mas cercanas aprendo día a día, de mi madre, de mi hermana, de mi suegra, de mi amiga.

Muchas mujeres nuevas que van y vienen en mi vida, de grupos de apoyo, de aquí y de allí.

De otras aprendo a través de las redes sociales, aunque no os conozca en persona.

Todas sois bellas, por dentro y por fuera.

Somos fuerza, somos vida.

Cada vez mas nos apoyamos las unas a las otras, dejando atrás esa competitividad que nos han hecho creer que debía de existir entre las mujeres.

Nos revelamos contra un sistema mayoritariamente machista.

Salimos de esos cánones y roles ya estipulados.

Las mujeres estamos unidas por algo invisible, una camaradería que debería de existir en todas nosotras, aunque desgraciadamente a veces no es así.

Nuestros hijos son nuestro legado. Hablémosles de la vida, de lo bueno y de lo malo.

Nosotras que somos capaces de alimentar a un@ o vari@s hij@s, nuestro cuerpo está creado para albergar vida y dar vida.

Nosotras que movemos el mundo, que damos vida al mundo y que deberíamos de dirigir el mundo.

Nuestros pies dan los pasos para comenzar el camino del cambio, nuestras manos las herramientas para llevarlo a cabo, en nuestra mente la sabiduría, en nuestros corazones el amor y la fuerza para conseguirlo.

Querámonos, luchemos juntas.

Andemos de la mano este camino hacia el cambio.

Porque si, como dice Alba Padró, ¡somos la leche!

A todas vosotras gracias.







viernes, 20 de octubre de 2017

Bienvenidas Experiencias: La consecuencia del amor

Hoy en Bienvenidas Experiencias nos cuenta una pequeña parte de su historia Helena, a la que conocía de vista desde hace años y que, casualidades de la vida, nos hemos encontrado en un grupo de apoyo a la lactancia.

Valiente por contarnos su experiencia, os dejo la primera parte. Como es un relato largo, lleno de amor y de una experiencia con la LM muy interesante a la vez que dura, hemos preferido hacerlo en varias partes.

Mil gracias Helena por compartir vuestra historia:

La consecuencia del amor.

Hace 8 meses nació. 19 de febrero. Uno de esos típicos días soleados del invierno en Madrid. Con el aire limpio y el cielo despejado. Yo había ingresado la noche anterior tras romper aguas en unos peculiares baños de Gongs…

El parto fue duro y aunque tardé en dilatar los dos primeros centímetros, los siguientes seis pasaron “volando”. Aguanté hasta el octavo centímetro sin epidural, el agotamiento y las ganas de dejar de sufrir me hicieron ansiarla como jamás lo hubiera imaginado. La matrona intentó convencerme de que ya había pasado lo más duro, pero algo dentro de mí me decía que aún quedaba mucho. Y menos mal que me la puse porque quedaban cuatro horas empujando. 

Jamás lo olvidaré. 

Consciente prácticamente al 100% e íntimo; estábamos solos mi pareja y yo en la sala y de vez en cuando entraba la matrona, Rocío, una chica tan encantadora como diligente. Su respeto, cariño y profesionalidad hicieron que esas horas fueran mucho más fáciles e incluso más dulces.  Ni quirófanos, ni bata, ni gorro para mi chico, ni mil aparatos alrededor. Casi te olvidabas de estar en el hospital.

Gracias a que mi pareja pudo estar todo el tiempo a mi lado, apoyándome con palabras y caricias, ánimos y mucho amor, todo fue más llevadero. Esas horas interminables dilatando, desnuda bajo la ducha de la habitación, para calmar el ímpetu de Adriana por conocernos, por conocer el mundo.



Y al final, tras doce horas, llegó ella, el ser más perfecto, frágil y hermoso que había visto jamás. Ni en sueños imaginé que iba a ser tan preciosa, mi hija, nuestra hija. La consecuencia de un encontronazo de la casualidad o el destino pero al fin y al cabo, la consecuencia del amor.

Sí, sentí el enamoramiento nada más ver cómo salía de dentro de mí, nada más cogerla con mis manos y ponérmela en mi pecho, ella sola se enganchó chuperreteando y tras un momento se quedó dormidita encima de mí. Así estuvimos dos horas, y papá a nuestro lado. Los tres juntos, sintiendo el latido de una nueva vida y sintiendo el calor del roce de nuestra piel.

Así, sin más, ella se enganchó y no hubo problema. Tras ese par de horas se acercó una enfermera y me hizo ver cómo salía el calostro para que fuera consciente de que de ahí ya salía algo. Yo estaba alucinada de lo perfecta y bonita que es la naturaleza. Estaba feliz, siempre tuve claro que quería ser mamá, y dar el pecho a mi hija. A mí me lo dieron y yo quería entregar ese regalo que mi madre decía ser “la unión más maravillosa”. Yo quería sentirlo y durante mi embarazo lo visualicé tantas veces que quería que fuera tal y como lo imaginé: Perfecto.

Como os comentaba el inicio fue lo esperado. El enganche sin problema, natural, la succión buena, con fuerza, etc. Naturalmente me salieron grietas que duraron aproximadamente un par de semanas. Más en el pecho izquierdo que en el derecho puesto que normalmente es el pecho que más les gusta por la posición que adoptan y al estar en contacto con tu corazón el latido les relaja.

Desde el minuto uno sentí que era algo nerviosa y muy activa y que le costaba dormir mucho.  Era muy despierta y atenta para ser un recién nacido, siempre con los ojos abiertos, esos ojazos oscuros y enormes, como su papá.

Adriana y yo hicimos colecho desde la primera noche en el hospital. Era imposible ponerla en la cuna, sólo se dormía en mi pecho y a día de hoy lo sigue haciendo.

Pero como no hay nada perfecto en este mundo no tardaron en llegar las complicaciones. En su primer cumplemes no había recuperado el peso con el que nació…

Continuará ...


lunes, 16 de octubre de 2017

Control de esfínteres: nuestra experiencia

Pues desde hace unas semanas parece que ya está totalmente superado el tema del control de esfínteres. 🙌

En este post os cuento lo que me ha enseñado Delfinete en su proceso de dejar el pañal, porque si, ha sido el quién ha decidido el momento de dejarlo. No nosotros, ni la guarde, ni el cole.

No hemos seguido ningún método ni ninguna filosofía pero siempre hemos pensado que cuanto mas activo e involucrado esté el niño en todo lo que a el le concierne será mejor.

Ha sido un proceso largo desde que empezó a mostrar interés hasta que lo ha dejado totalmente, pero muy respetuoso y muy consciente.

Con esto quiero decir que si seguimos el ritmo del niñ@ nos será mucho mas fácil que estar intentándolo varias veces sin estar preparado, con retrocesos, con agobios ... Son ell@s l@s que nos va a indicar cuando. Solo hay que estar al loro de las señales y respetar su ritmo.

Tampoco significa que halla sido fácil, ni de color de rosa, pero a toro pasado me alegra de haberlo vivido así y al menos ya estamos preparados para saber llevarlo con el pequeño.

Cada niñ@ es diferente, por lo que cada un@ llevará un ritmo distinto.

Os lo cuento.

Voy a empezar contando que desde que Delfinete empezó a sostenerse sin ayuda (al rededor del año) le cambiaba el pañal de pie. Para mí era mucho mas fácil cambiarle así que tumbado. Aunque hubiese 💩, con un poco de maña y rapidez sus cambios de pañal eran así. Fue cuestión de comodidad para mí y de hacerle partícipe a el.

Mas tarde leí los beneficios de cambiar el pañal de pie en la web de Marta http://www.pequefelicidad.com/ y me alegré de haber seguido mi intuición.

Desde ese momento Delfinete empezó a mostrar interés por el contenido del pañal (nos pedía verlo), entraba y salía del baño cada vez que nosotros lo utilizábamos, señalaba la taza ... Así nos pasamos un año entero hasta que cumplió los dos en octubre.

A principios de este año, sobre el mes de febrero, compramos un orinal, normalito, sin parafernalias. Con la idea de que se fuera familiarizando con el y que cuando estuviera listo lo empezara a utilizar.

Había veces que decía caca o pis e íbamos corriendo al orinal aunque ya se lo había hecho. Pero ya nos dimos cuenta de que empezaba a relacionar el orinal con las ganas de hacerlo. Otras veces si que llegábamos a tiempo y lo hacía.

Tengo que decir que según las recomendaciones de "quitar el pañal" que suelen decir, no cumplimos ni una, empezando porque según esos consejos no era el momento adecuado pues nos habíamos ido a vivir a casa de mis suegros temporalmente, mudanza, obra, ya estaba embarazada de Unai, pleno proceso de destete ... por eso digo que el momento de dejar el pañal lo deciden l@s peques, no nosotros ni las circunstancias. Si Delfinete se hubiese guiado por esas "recomendaciones" habríamos tardado bastante mas ...

Un mes mas tarde mas o menos el niño se despertó con el pañal seco de toda la noche. Me hizo mucha ilusión y me impresionó bastante, lo hablé con el mientras se lo quitaba y nos preparamos para ir a la guarde. Esto pasó un par de noches mas de manera esporádica.

Esto iba en marcha, despacito, a su ritmo por lo que dejamos pasar el tiempo.

Fue su profe de la guarde la que nos avisó de que allí pedía pis, caca e incluso se levantaba de la siesta con el pañal seco, sin embargo, en casa no lo pedía y se enfadaba cuando queríamos cambiarle, algo que no había pasado nunca.

A partir de aquí vino un tiempo un poco extraño y complicado. En la guardería todo marchaba bien pero al llegar a casa no quería ni orinal, ni baño, ni cambiarse, era una lucha cuando queríamos quitarle el pañal sucio.

Hablamos mucho con el sobre el tema del pañal, le preguntábamos si quería ponérselo o no y hubo días que no quiso ir a la guarde con el ... pero con nosotros, seguía haciéndoselo encima. Ahí descubrimos que ya era consciente de cuando tenía ganas de hacer pis o caca e incluso de aguantar las ganas hasta llegar al baño.

Dejamos pasar unas semanas mas y a la vuelta de las vacaciones de Semana Santa, al ver que ya controlaba las ganas e incluso iba el solito al baño, la profe nos dijo que debíamos de aprovechar el momento.


Así que empezamos a llevarle a la guarde sin el pañal, el tan contento. Pero luego era llegar a casa, y al momento, hacérselo encima.

Yo tengo una teoría con respecto a esta parte del proceso, y creo que en clase se motivó e imitó a sus compañeros que ya no llevaban pañal a ir al baño, se sentía autónomo y "mayor", sin embargo en casa, no quería "hacerse mayor".

Así estuvimos un tiempo hasta que poco a poco los escapes de pises y cacas se fueron reduciendo, hasta que estuvo mas o menos controlado. Por la noche si seguía llevando pañal porque la mayoría de los días se levantaba mojado.

Peeeeeero nació Unai en mayo y hubo un retroceso. Esto era algo normal, con lo que ya contábamos. Y vuelta a hacerse pis encima. Lo llevamos lo mejor que pudimos todos entre puerperio, bebé recién nacido, niño de dos años y medio ... jejeje.

Y entre unas cosas y otras una noche en junio, se nos olvidó ponerle el pañal. Se levantó seco. Y a partir de ahí, a dormir con calzoncillos. Y seco todas las noches hasta que .... ¡ha empezado el cole! Y vuelta a hacerse pis por las noche. Algo que es totalmente normal y que también sabíamos que podía suceder.

Pero parece que ya hemos vuelto a la normalidad y hemos superado este proceso.

Durante el camino nos hemos apoyado en libros sobre dejar el pañal y cacas. Y obre todo, de mucha comprensión y paciencia.

Este proceso me ha enseñado a que es el niño quién decide cuando está listo para dejar de llevar pañal, es cuestión de madurez, y cada un@ lleva su ritmo.

Por supuesto, es cuestión de tiempo. Ha sido largo y en alguna ocasión duro, pero al final tod@s l@s niñ@s dejan el pañal. (Niñ@s san@s, sin alguna enfermedad que realmente lo impida).

Y por último, confiar en vuestr@ hij@.

¡Así que mucho ánimo a l@s que estéis pasando por ello y paciencia!






miércoles, 11 de octubre de 2017

Bienvenidas Experiencias: Mi Indio Mapache

Me encanta que las redes sociales me brinden la posibilidad de conocer "virtualmente" a otras mamis y compartir vivencias.

Hoy en Bienvenidas Experiencias nos cuenta su aventura durante el parto Verónica, autora de la web Mi Indio Mapache, os invito a que visitéis su página y conozcáis su contenido.

Os dejo el enlace para que leáis su historia: https://www.miindiomapache.com/2017/01/09/una-cabezita-redonda/

Gracias Verónica por abrirme la puerta de tu web y compartir tu experiencia. 😉

¡¡Feliz puente!!


lunes, 9 de octubre de 2017

El porteo

La semana pasada se celebró la Semana Internacional de la Crianza en Brazos que coincide con la Semana de la Lactancia Materna en España. Y es que brazos y lactancia, suele ir muy ligado. Y porteo y teta también.

Así que hoy os voy a hablar del porteo, de como lo conocimos y de como sobre todo con Unai, me está facilitando mucho la vida.

No recuerdo exactamente como descubrí el porteo pero supongo que sería como todo: buscando información.

Imagino que en algún momento vi una imagen de una mamá llevando a su bebé encima, envuelto en un trapo y me dije: ¡yo quiero ir así!.

Lo que si que recuerdo es que gracias a la tienda de Oh!La Luna y gracias al canal de Youtube De Monitos y Risas de Elena López, supe qué era portear, pero lo mas importante: supe qué es portear bien.

Los beneficios del porteo son varios:

- favorece el vinculo, aporta al bebé seguridad al estar pegadito a mamá.

- la comodidad de llevarle encima teniendo las manos libres, te da mucho juego.

- al tenerle cerquita vemos antes los signos de hambre.

- puedes darle el pecho llevándole encima (esto no es tan fácil pero una vez que le pillas el truco, lo mejor de lo mejor) por lo que favorece la LM.

- nos ayuda en momentos de cólicos y reflujo.

- contribuye a su desarrollo psicomotor y mejora el equilibrio.

- y algo que me ha parecido muy importante, el contacto con el cuerpo de bebe, favorece la secreción de las hormonas prolactina, favoreciendo la lactancia, y de la oxitocina, la hormona del amor, por lo que previene de la depresión postparto.

Como ves, son muchos los beneficios del porteo y seguro que me dejo alguno.

El porteo ergonómico es la única manera de llevar a los bebés respetando su postura fisionómica y la del porteador.

Hay unos básicos de porteo que tod@s debemos de saber cuando empezamos a portear:

- por supuesto, elegir un portabebés ergonómico, sin un buen portabebés no pueden darse las condiciones óptimas para portear.

- la espalda del bebé tiene que estar en forma de "C"

- las rodillas mas arriba que el culete, formando una "M"

- nunca poner al bebé de cara al exterior, siempre mirando hacia la persona que lo lleva, manteniendo la postura de ranita.

- tiene que estar a la altura del beso, sin darle con la barbilla pero que llegues a darle un beso si te inclinas.

* Aclaro que las mochilas que no cumplen con estas características no son ergonómicas, se denominan "colgonas", y se reconocen fácilmente porque permiten la posición de cara al exterior (normalmente en la caja aparece esa imagen), porque el peso del bebé recae en sus genitales, no en la zona del periné, lo que se consigue basculando su pelvis y no te permite este tipo de mochilas llevando a l@s peques con la espalda recta y las piernas colgando.

Además son muy rígidas, con hierros y correas, lo se por experiencia porque nos regalaron una y fue imposible hacernos a ella.










Lo que yo mas aconsejo, antes de empezar a portear es: pide una cita con una asesora de porteo.

¿Por qué? Porque están formadas para ello. Pueden ayudarte a elegir portabebés según tus gustos y necesidades, porque son las mejores personas que pueden explicarte como colocar al bebé, la postura correcta para los dos y las que te pueden enseñar a manejarte con el que hallas elegido.

Yo no lo hice con Delfinete, me compré un MeiTai súper bonito y me las empecé a apañar en casa, y así me pasó, que aunque me enseñaron como ponérmelo, no me vi confiada para usarlo hasta pasados unos meses largos y no le portee todo lo que me hubiera gustado.

Con Unai tenía claro que desde el principio quería llevarle encima, tenía una espinita clavada con Delfinete.

Así que me compré una bandolera a los quince días de nacer y desde entonces se ha convertido en nuestro mejor aliado.

Practiqué mucho en casa, primero con una muñeca y después con Unai. Me vi un millón de veces vídeos y tutoriales, pero lo mejor que hice fue concertar una cita con una asesora de porteo; en una hora, ya tenía la confianza suficiente para manejarme bien con la bandolera.

Me ha facilitado mucho la vida, hoy mismo me he ido al mercadillo y al supermercado, he tardado una hora mas o menos y Unai en la bandolera ha ido tan a gustito, dejándome las manos libres para llevar el carro de la compra, sin quejarse, viéndolo todo hasta que se ha quedado dormido.

También lo utilizo para dormirle los días que está con cólicos, parece que se tranquiliza antes.

Y por supuesto para ir con los dos por la calle, al parque, de paseo, de comida familiar o para escribir, como ahora ...

A veces, Delfinete me pide que le suba y le meta en la bandolera. Lo bueno de este portabebés es que sirve desde recién nacido hasta por ejemplo, los 3 años que va a cumplir el mayor, ¡claro está para un ratito corto, que el tío ya pesa!.

Unai pasa del carrito, desde el principio. No recuerdo un día en el que haya estado tranquilo en el carro sin quejarse. Pero si creo que una vez se empiece a sentar y le cambiemos a la silla, podrá aguantar mas tiempo, no es lo mismo ir tumbado en el capazo que ir sentado viéndolo todo.

Cada vez está mas extendido el uso de los portabebés, aunque sigo viendo familias que llevan a sus peques en mochilas no ergonómicas. Siempre me planteo si debo decirles algo, pero nunca me atrevo.

Por eso hoy hago este post, para contribuir a la difusión del buen porteo.

Lo dicho, que los beneficios de portear son muchos, que facilitan bastante la vida, que es un buen regalo para un@s futur@s pa/madres y que si ya tienes uno pero no te apañas, no lo dejes olvidado y contacta con una asesora de porteo.

¡Buena semana!




viernes, 6 de octubre de 2017

Para futuras mamás y papás

Hoy quiero compartir como han sido los tres/cuatro primeros meses con un recién nacido, con mi hijo Unai, ya que mas o menos la mayoría de las mamas pasamos por lo mismo y la mayoría de los bebés se comportan igual durante esos primeros meses.

Lo hago de cara a las futuras familias primerizas y a aquellas que estén pasando por ello. Parece que si sabes que alguien está igual que tu ¡te quitas un peso de encima!😄

Lo quiero hacer también antes de olvidarlo, antes de que pase este tiempo, antes de que quede en el recuerdo.

No sé si porque con Delfinete el postparto fue un poco difícil y porque es tan intenso ese periodo que los días pasan volando, tengo un vago recuerdo de esos primeros meses con el en casa.

Al nacer Unai me dije que esta vez iba a ser completamente diferente, sin agobios, sin tristezas y como ya me lo sabía, iba a estar "chupao".

JAJA que ilusa, Unai me ha enseñado que la experiencia es un grado si, pero que cada bebé es único y que tienes que hacer un gran trabajo para establecer vínculo y conoceros bien.

Con Unai he tenido mas complicaciones en los primeros meses que con Delfinete.

Mientras que al mayor no tuve que llevarle al médico hasta el año por una otitis con Unai estaba a los cinco días porque se le había caído el cordón umbilical sin haberse cerrado el agujero. A los veinte días por unos mocos tremendos que le impedían tomar bien el pecho. Al mes porque seguía sin tener el ombligo cerrado.Quince días mas tarde porque regurgitaba mucho, vamos que devolvía bastante y le notaba muy incómodo. En la revisión de los dos meses me mandaron un colirio para los ojitos llenos de legañas que no se iban ni con suero ni con nada. Quedada con mi prima fisio para que me ayudara con el tema de los cólicos. Visita a otra pediatra para pedir una segunda opinión para valorar las regurgitaciones. Cita con una matrona actualizada en lactancia materna para que revisara el agarre del bebé porque yo no lo veía bien del todo. Y ahora estamos otra vez con mocos.

Ya he comentado alguna vez que a pesar de tener experiencia en dar el pecho con Delfinete dos años, he tenido complicaciones con Unai, mastitis, dificultad de agarre, exceso de producción ... y también se que sin esa experiencia previa y todo lo aprendido hasta ahora sobre lactancia materna probablemente ya habría desistido con Unai y hubiéramos fracasado en nuestra lactancia.

¿Más fácil con el segundo eh? jaja

Pues nada, deciros que todo esto en un recién nacido es normal.

El tema de los cólicos es algo difícil de gestionar. Sobre todo porque el rato ese que el peque no deja de llorar y nosotros ya no sabemos qué hacer es horrible. Verle sufrir tanto y retorcerse porque tiene un pedete, un eructo o una gran cagada que le provoca un dolor terrible a nosotros nos inquieta mucho.

Delfinete no tuvo episodios de cólicos recurrentes, si tuvo alguno esporádico que lo resolvíamos bastante bien con una duchita de agua calentita y un poco de teta.

Al final todo pasa porque maduren el aparato digestivo, mientras, si podemos aliviarlos con masajitos, pues mejor. Yo no soy partidaria de tratamientos homeopáticos, infusiones o medicamentos sin antes valorar otras opciones, pero reconozco que aquí cada un@ y cada médico es un mundo.

Con el mayor todo lo resolvía con el pecho pero con el pequeño no ha sido así. Hemos tenido que sacar toda nuestra inventiva para crear las condiciones mas adecuadas y que el peque estuviera a gusto porque ... si, reconozco que Unai es un poco especial.

Unai no duerme boca arriba como te recomiendan actualmente todos los pediatras. No. Unai duerme boca abajo porque así lo ha querido. Después de probar mil y una maneras de colocarle con almohadas, cojines, de lado, del otro lado yno durar mas de diez minutos seguidos probamos a ponerle boca abajo. Tres horas seguidas. Y así desde el mes y medio.

Aquí algun@ se echará las manos a la cabeza y dirá: si te recomiendan ponerle boca arriba para que no se ahogue si vomita, que si el síndrome de muerte súbita, que si no ladea la cabeza y se va a asfixiar ...

¿Vosotr@s sabéis las dos semana que pasamos en casa con un bebé super irascible por no dormir mas de diez minutos durante el día, estando mas que irritable y la idea de ser una mala madre por ponerle a dormir bocabajo con un miedo y culpa horrible?.

Qué dos semanas de desesperación porque Unai era un bebé que no dejó de llorar y gritar hasta que descubrimos que la postura que el prefería para dormir, para estar relajado y poder descansar era bocabajo, con su cuerpo en contacto con la cama que olía a mamá.

Además, Unai me ha recordado que el lugar donde mas a gusto está es con mamá y que el capazo del carro no es para el. Que la bandolera se ha convertido en su lugar favorito. Y que las noches del primer y segundo mes las tenía que pasar tumbado en mi pecho.

Siempre digo que los primeros quince o veinte días de vida de Unai, estaba sumido en un letargo tramposo. Tod@s decíamos qué bebé tan tranquilo, que poco se queja, qué bueno es.

¡¡ Una 💩!! En cuanto despertó, no veas como reivindicaba, lloraba y se quejaba,(como debe ser hijo, no seas conformista)😂

Parece que ahora que ya ha cumplido los 4 meses está mas tranquilo. Parece que ya se está adaptando al mundo exterior poco a poco. Parece que ya llora menos.

Como siempre digo, es cuestión de tiempo. Nacemos muy inmaduros y pasamos un periodo de exogestación lleno de cambios, nuevas sensaciones y evoluciones.

Y nosotr@s como padres primerizos, o ya veis que no, que con el segundo también hay muchas dudas, nos podemos agobiar, sentir mal, culpables, llorar y reír a partes iguales ...

Después de la parrafada, os dejo una lista de cositas que son normales en los primeros meses de nuestra recién estrenada maternidad y paternidad:(teniendo en cuenta que cada bebé/familia es un mundo diferente):

- los bebés lloran, algunos mas,otros menos pero todos lloran y en un momento determinado parece que el nuestro llora mas que cualquiera. Tenemos que tener en cuenta que es su manera de comunicarse y de decirnos que hay algo con lo que no está conforme.

- los bebés maman mucho. Mucho, mucho, mucho. Es normal que quieran estar pegaditos a la teta constantemente sobretodo los primeros días. Si el bebé coge peso y en las revisiones todo está bien, no os preocupéis por tener un bebé que pide teta cada hora.

- pocos, muy pocos bebés duermen del tirón siendo tan pequeños. Es normal que tu bebé se despierte cada poco. Que nadie trate de convencerte de lo contrario. Suerte las familias que les sale un bebé dormilón, os envidio.

- los cólicos son normales, los llantos a ultima hora de la tarde, también. Intentad resolverlo de la mejor manera que podáis y creáis. Cuidado, digo que son normales hasta cierto punto, si creéis que debéis acudir al medico, no dudéis.

- que tu bebé prefiera estar tooodooo el santo día en brazos y llore cada vez que le dejas en la cunita o carro y calle cuando lo coges, normalísimo. No hagas caso del recurrente: se va a acostumbrar a los brazos.

- A las mamis: es normal y sano que durante los días siguientes al parto lloréis, os sintáis mal, no estéis todo lo contentas o felices que se supone "se debe", estáis un poco conmocionadas, volváis a llorar, no os sintáis a gusto con vosotras mismas, tengáis miedos y dudas. Estáis agotadas, cansadas, doloridas y lloréis de nuevo. Todo esto es normal. También es normal y sano estar felices, contentas, alegres y llenas de vitalidad. Los cambios hormonales que suceden en nuestro cuerpo nos dejan un montón de emociones que todas a la vez son difíciles de gestionar. El parto nos puede dejar tocadas emocionalmente.

Ánimo, todo pasa, todo llega. Disfrutar al máximo de esos primeros meses que pronto se van. Delegar, pedir ayuda y hablar mucho de lo que os pasa por la cabeza. Apoyaos en la pareja, la familia.

Y os recomiendo sinceramente que acudáis a un grupo de apoyo a la lactancia materna o a un grupo de crianza, aunque no des el pecho, hay un montón de mamis que están pasando por tu misma situación y van a comprenderte sin juzgarte.

Paciencia, mucha información antes y después del embarazo y parto, oídos sordos a comentarios que no aportan nada y críticas des-constructivas. Mas paciencia y comprensión con ese bebé que acaba de nacer y que solo quiere estar pegadito a ti. Y paciencia y comprensión con la nueva mujer en que te estás convirtiendo.

Y las parejas/papis recientes lo mismo, mucha paciencia, mucha comprensión y ayudar en todo lo que necesite la mamá. Apoyarla. Sois un pilar fundamental en el bienestar de la familia.

Confiar en vuestro instinto, nadie lo va a hacer mejor que vosotr@s.









jueves, 5 de octubre de 2017

Bienvenidas Experiencias: momentos en neonatos

Hoy en Bienvenidas Experiencias, Leti, mami asidua al blog, vuelve a compartir otra parte de su historia, esta vez con un tema delicado: los momentos en neonatos ....

Gracias Leti como siempre por compartir tu experiencia. 

Cuando me quedé embarazada por segunda vez sabía que me esperaba un embarazo malo como el primero , pero siempre piensas , ¡¡¡a lo mejor no!!!

Dicen que cada embarazo es diferente !!! Y que cada parto es diferente!!! 

Pues así fue el embarazo, peor, menos náuseas pero con reposo absoluto desde el cuarto mes ( mi cuello del útero se estaba borrando más rápido de lo debido). Me advirtieron que podía ser un parto prematuro ( no se equivocaron ), le añadimos diabetes gestacional en los últimos meses ... vamos otro embarazo malo 😫😫 

Sábado a las 2:30 rompo aguas en casa ( estoy de 35 semanas y dos días ) pues nos preparamos para ir de urgencias ...

Me ingresan con rotura de aguas y contracciones cada 5 minutos.

A las 9:00 del 13 julio estoy dilatada de casi 10 centímetros, me llevan al paritario y mi niño nace a las 7:35 de la tarde ( largo parto para ser segundo ). 

Un parto largo , prematuro , lleno de vómitos , antibióticos , de sufrimiento fetal 😓😓😓 y ya contaré más a fondo mis queridos embarazos y partos ( largos de contar ) .

Mi niño nace 7:35 ( como bien e dicho antes )me incorporan para cogerle en mi pecho ( como todo parto ) nos quedamos unas horitas en el paritorio y deciden por fin subirnos a la habitación 😁😁

Una vez llegamos a la habitación ya sabéis que le miden , le pesan y etc .... 

Pero aquí empieza la preocupación, al haber tenido diabetes gestacional a los bebes les hacen la prueba del azúcar cada hora , mi niño nació con el azúcar muy muy bajo y por mucho que yo le ponía en el pecho no le subía  ... deciden las enfermeras darme leche de fórmula para ver si sube ... al ser prematuro tiene menos fuerza por lo que se lo damos con jeringas , aún así seguía sin subirle el azúcar .... nos plantean que si no sube tiene que ingresar en neonatos ( recién parida es la peor noticia que te pueden decir ).

Llegó las 5:00 de la madrugada y deciden ingresarle ... se le llevan y mi corazón se queda partido 💔 y mis hormonas más alteradas de lo normal. 

En todo momento podía entrar y estar con el , yo y mi marido. 

Neonatos te suena a peligro , a gravedad , a pensamientos negativos , no sabes qué pasará con tu bebé ... 😔 ( momento que no se lo deseas a nadie y menos recién parida ).

En el momento que entré en neonatos se me calló el alma de ver todo lo que vi y a la vez sentí que mi niño no tenía nada grave con todos los bebes que había tan malitos 😞😞simplemente tenía que estar más controlado por pediatras y enfermeras por las bajadas de azúcar pero estaba en una cuna normal y ya ..... 

Yo como madre me pasaba horas y horas metida a su lado ( venga a darle de comer y comer y comer ) el día que me van a dar el alta no se sabe si a mi niño se la darán.

Yo digo que no puedo ir sin el ( ni yo , ni mi marido y mi niña sin su hermanito ).

A las 17:00 de ese mismo día le sube el azúcar ( por fin ) y me dicen que casi seguro que le pueden dar el alta conmigo 😁😁.

La felicidad crece en nosotros, así fue, a las 20:00 Joelcete el azúcar lo tiene bien y nos vamos todos a casa tan felices ....👨👩👧👦   









Siempre agradeceré a las mamis que estaban con sus bebés con casos muy graves y me apoyaron, a ese equipo de pediatras y enfermeras de neonatos del hospital Rey Juan Carlos de Móstoles que me apoyaron tanto y me trataron con tanto amor y cariño ...

 💚💚💚


lunes, 2 de octubre de 2017

Autonomía en l@s niñ@s

Os voy a contar como fomentamos la autonomía en casa con Delfinete.

No es nada nuevo, no es nada del otro mundo, pero son pequeños detalles y pequeños actos que intentamos incluirlos en nuestro día a día.

Cuando me quedé embarazada, empecé a informarme sobre otras pedagogías, las pedagogías alternativas que llaman.

Alternativas al sistema de aprendizaje instaurado en las aulas actualmente. Ese que se aprende de memoria. Sin experimentar y sin manipular. Ese aprendizaje por fichas, sentaditos en las sillas, dentro del aula. Ese que solo fomenta la inteligencia lógico-matemática y la lingüística.

Montessori, Waldorf, Reggio Emilia, Emmi Pikler,la teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gaedner ... todas estas pedagogías en realidad no son nuevas, si no que llevan muchos años.

Me gustó mucho el enfoque Montessori y entonces empecé a volverme loca y ya todo tenía que ser siguiendo esa filosofía.

Me hice varios cursos y asistí a talleres.

Ya he comentado alguna vez que me vengo arriba en seguida... jaja 😂

El caso es que al final me he dado cuenta que lo mejor es coger lo que mas nos guste de cada una y no volverse loca ...

Al lío, os cuento qué tenemos encasa que nos facilita un poco el trabajo a todos y además poco a poco conseguimos que Delfinete haga todas aquellas actividades de la vida diaria, fomentando así su autonomía y su colaboración.

Y como me dijo una mami en un grupo de Whatsapp hablando de este tema lo fundamental es sentido común y enseñarles como es la vida misma.

Intentamos que Delfinete esté en la cocina cocinando con nosotros. Esto tengo que decir que se lo curra mucho su padre que es el que se suele encargar mas del tema comidas.

Con dos taburetes del Ikea le hicimos una torre de aprendizaje y es la que utilizamos para que esté a la altura de la encimera. La utiliza desde el año y ahora que ya es capaz de desplazarla el solo le hemos puesto unos trozos de tela para que no haga tanto ruido al moverla.

En el blog de Tigriteando hay un post muy chulo sobre la torre de aprendizaje y como hacerla. Aunque nosotros no tenemos esa precisamente, en Internet hay mil ideas.

Además tiene un delantal tamaño reducido que se le hizo mi madre y que le encanta ponerse.

Intentamos enseñarle a cocinar, poco a poco claro. Esperemos que dentro de poco, al menos una vez en semana sean el y su hermano los que sen encarguen de preparar la cena. 😄


En su habitación tenemos la ropa en un cajón grande bajo. Así puede cogerla sin tener que pedirnos ayuda y puede elegir qué ponerse. Reconozco que a veces pongo la camiseta de los super héroes abajo del todo porque si no la llevaría todos los días.

Esto a parte de ser una ventaja, es muy divertido. El otro día le vi sentado en el sillón vestido con un gorro de invierno de Star Wars con orejeras y unos calzoncillos, un look muy coherente.

También tiene una desventaja, os podéis imaginar cual es ... coloco el cajón día si día también.

El cajón de al lado tiene la ropa de Unai. Estoy deseando enseñárselo en cuanto llegue el momento.

Dentro de su habitación no tenemos estanterías altas ni colgadas. Está todo a ras de suelo, juguetes, juegos, muñecos, cuentos y fotos, un sillón ...

Y detrás de la puerta una percha a su altura para colgar su mochila, abrigo y casco de la bici.





Al empezar el cole hemos creado una tabla de rutinas muy sencilla para las mañanas y colgado en su habitación. Es un recurso que aprendí en el curso de Disciplina Positiva. Creo que Delfinete tiene mas que interiorizado el proceso de la mañana, así que pocas veces recurre a ello, pero con Unai espero utilizarlo desde el principio.

En el salón hemos guardado en un mueble bajo todo el tema de pinturas, papelería, plastilina, arena mágica ... y ¡la mesa de luz que es polivalente!. A mi me gusta que tenga todo a la vista, parece que si no lo ve, no se acuerda de ello, pero a veces es imposible.

Las películas también están a su altura.

En el zapatero de la entrada están sus zapatillas y ya es de rutina entrar y guardarlas. Lo tiene super interiorizado.

En el baño ... tenemos la suerte de que Delfín puso un plato de ducha super accesible, muy pensada para ellos sin saberlo. Los mandos de la ducha están bajitos y los utensilios de baño también.

Así que hace unos meses, oigo la ducha encendida, voy y está Delfinete duchándose solo. 😲 Se había quitado la ropa, había esperado a que el agua estuviera caliente y ¡al agua!.

Pues ese es el recorrido por mi casa, nos gusta que en todo lo que se pueda en el día a día estén involucrados y participen: hacer la compra, tender la ropa, poner la lavadora, poner y quitar el lavavajillas (le encanta), guardar su ropa ...

Todo esto les hace participes de lo que pasa en casa, ven desde bien pequeños las tareas que hay que hacer y, espero, que llegue el momento en el que las hagan por su cuenta.

Reconozco que muchas veces se nos agota la paciencia porque hay que dejarles que aprendan y hagan las cosas a su ritmo, que como ya sabemos, no es el nuestro.

Fomentar su autonomía, dejarles hacer, experimentar y elegir me parece que es algo fundamental para que puedan tomar decisiones el día de mañana y ser independientes, a parte de elevar su autoestima con cada cosa que consiguen.

A veces es muy cansado, lento, tremendamente lento, pero luego ves sus frutos y merece bastante la pena.

El día que vi a Delfinete ducharse solo con menos de tres años no se me olvidará en la vida. 😍

Ademas de en casa, nosotros hemos visto una evolución muy grande con Delfinete en este ultimo año de guardería. No solo por el hecho de ir a la guarde, más bien por las profes que allí hay, en especial su profe, que se lo curran mucho, mejorando cada día alentando y estimulando a l@s peques.

Lo dicho, a involucrarles en el día a día y dejarles elegir.



¡Espero que os hayamos aportado alguna idea!

Pd: si quieres saber mas sobre las pedagogías de las que hablaba antes, en la Escuela Babytibu hay unos cursos muy chulos, amenos y asequibles.

Bei,de Tigriteando también da talleres de Disciplina Positiva y Montessori en http://montessorizate.es/